A la hora del recreo, Fede y Albertín habían quedado para partirse la cara, y cada uno de ellos ha invitado a sus amiguillos para defenderle si fuera necesario.
Daban la hora y se encontraban cara a cara...
Fede, muy seguro de si mismo, cual matón de callejón oscuro, contaba con sus colegas Joselu, Pedrillo, Luisito, Eduardín, Angelito y su amada Esperancita.
Albertín por su parte acudía solo. No es que le sobre hombría. Es que se sabe ganador... Y lo sabe por dos motivos. Por un lado, cuenta a su favor con la más poderosa de las armas: la razón. Por otro, cuenta con la sorpresa de dos ases escondidos en la manga: A mitad de la pelea, Angelito y Esperancita abandonan sus posiciones de guarnición a Fede y, traicioneramente, se alinean junto a Albertín. Uno lo hace por convicción. La otra, quizá la que más dolor ha provocado, por interés. Ella tiene su propia guerra abierta, y este no es su campo de batalla. No puede involucrarse en una guerra de crios... Lo suyo es más importante que una simple disputa de patio de recreo. A ella la esperan más adelante en la calle... Donde resuelven sus problemas los mayores.
Al final, el profe ha separado a los contendiente. Les ha mandado a casa por no expulsarlos directamente del cole, cosa altamente nociva, por lo que espera consultar con la almohada el castigo a imponer, y a cual de los dos contendientes.
Sabe las dos versiones. Ahora, solo cabe esperar su decisión...
4 comentarios:
No me recuerdes, ayer me tocó día de taxis... Esto es lo mismo que decir día de COPE: el 90% de los taxistas de Madrid ponen la COPE (el 10% restante, música)... ¡Imaginad la paliza que estaban dando por las ondas!
¿Albertín se está sacando los mocos?
Demasiada política para mi.
Berracus, no seas perracus y publica algo!
Por alusiones: wooof...wooof...
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