28 mayo 2008

El gran duelo

Hoy no iba a ser un día de cole normal... Desde hace días se había marcado la fecha en el calendario en color rojo. Rojo sangre.

A la hora del recreo, Fede y Albertín habían quedado para partirse la cara, y cada uno de ellos ha invitado a sus amiguillos para defenderle si fuera necesario.
Daban la hora y se encontraban cara a cara...


Fede, muy seguro de si mismo, cual matón de callejón oscuro, contaba con sus colegas Joselu, Pedrillo, Luisito, Eduardín, Angelito y su amada Esperancita.


Albertín por su parte acudía solo. No es que le sobre hombría. Es que se sabe ganador... Y lo sabe por dos motivos. Por un lado, cuenta a su favor con la más poderosa de las armas: la razón. Por otro, cuenta con la sorpresa de dos ases escondidos en la manga: A mitad de la pelea, Angelito y Esperancita abandonan sus posiciones de guarnición a Fede y, traicioneramente, se alinean junto a Albertín. Uno lo hace por convicción. La otra, quizá la que más dolor ha provocado, por interés. Ella tiene su propia guerra abierta, y este no es su campo de batalla. No puede involucrarse en una guerra de crios... Lo suyo es más importante que una simple disputa de patio de recreo. A ella la esperan más adelante en la calle... Donde resuelven sus problemas los mayores.

Al final, el profe ha separado a los contendiente. Les ha mandado a casa por no expulsarlos directamente del cole, cosa altamente nociva, por lo que espera consultar con la almohada el castigo a imponer, y a cual de los dos contendientes.
Sabe las dos versiones. Ahora, solo cabe esperar su decisión...


23 mayo 2008

¿Dónde están las llaves? Matarile, rile rile

Nuestra reformilla ya va viento en popa, y se puede decir que nos quedan únicamente los remates. Por eso, el pasado martes venían: los carpinteros, el fontanero, el electricista, el de la tarima y el albañil.

Y esa noche al final de una dura jornada de trabajo, bastante cansados, bajamos a ver que tal había quedado.

Yo en mi línea: ¡ay, no me gusta como ha quedado lo del espejito!, y ha sido culpa mía, ¡ay nos han manchado la pared!, ¡ay vuelve a abrir!, que no he visto bien las luces de la cocina, ¡ay .........!

Esta actitud estaba haciendo montar en cólera poco a poco, o más bien de mucho en mucho, a mi chico. Con lo que con sus malas pulgas, conocidas por todos, empezó a despotricar y yo no tuve de menos que mandarle a hacer puñetas. Así que, todos mosqueados nos fuimos a dormir.

Al día siguiente, me llama mi padre diciendo que ha vuelto el electricista, y que no encuentran la llave del piso. Llamamos a mi maridito, y todo angustiado -ya decía él y no yo (je,je)-: "¡ay, no se donde las dejé!"... Saliendo del trabajo corriendo para venir a casa a buscarlas.

Es importante saber que es una puerta acorazada, y cambiar la cerradura es mucha pasta.

A todo esto, mi padre se encuentra la puerta abierta del piso y al carpintero trabajando dentro.

- Di..., di..., disculpe...., ¿cómo ha entrado?
- Pues por la puerta ¡cómo to´ el mundo! (con fuerte acento castizo).

- Ya ..., pero ¿cómo la ha abierto?
- ¡Toma, con la llave que estaba puesta por fuera!. Tienque tener ustedes más cuidao, que en los tiempos que corren ...

- Ah, gracias.

Mi chico esa noche llegó dócil, poniendo los ojitos del gato de Shrek, y diciendo “me deje las llaves puestas”, ..... Y yo como soy una santa mujer, me reí y le di un besito.

¡Pa´ habernos matao!

19 mayo 2008

Simetría sueca

Mientras Manic y Cía disfrutaban de la lluvia en el campo, mi amigo Lewis comprobaba los resultados de encargar en Ikea que te monten un mueble en casa...



Bien mirado, se puede considerar hasta artístico...

16 mayo 2008

Segundo intento y...

El pasado sábado, tras el intento de excursión de hace unos semanas, volvimos a probar fortuna, volviendo a seleccionar un destino de la sierra madrileña, el alto valle del lozoya, también llamado valle de la angostura debido a que al paso por este valle el río Lozoya recibe el nombre de río de la angostura, nombre que recibe debido a su estrechez en este tramo, no adquiriendo el nombre de Lozoya hasta que pasa por la localidad del mismo nombre. La casualidad quiso que nuevamente las condiciones metereológicas no acompañaran. En el inicio de la excursión la situación se planteaba incluso más dramática que en la ocasión anterior dado que mientras esperabamos el autobús para iniciar la aventura, nos cayó una intensa lluvia que nos hacía temer lo peor. Estas malas condiciones climatológicas hicieron que el grupo se viera reducido a escasamente 17 personas. Volvimos a sufrir bajas: Pablo, Puti, Jaime y Augusto no acudieron a su cita pero se incorporó con relación a la ocasión anterior el grupo comandado por Olimpia.

Una vez tomamos la nacional VI, para encaminarnos hacia la población de Navacerrada para desayunar, las condiciones fueron mejorando hasta hacer desaparecer la lluvia. Esto nos hizo albergar falsas esperanzas pues tras el desayuno y una vez comenzamos a ascender el puerto de Navacerrada la lluvia nos volvió a aparecer para no abandonarnos en prácticamente el resto del viaje. Afortudamente en esta ocasión el grupo iba mejor ataviado de chubasqueros y ropa de abrigo, lo que nos permitió plantar cara al relativamente mal tiempo y realizar el recorrido previsto. La lluvia, a pesar de ciertas filtraciones de información que se han producido, no fue excesivamente intensa.

Nuestro recorrido partía del puerto de Cotos, siguiendo la denominada ruta verde 1 para finalizar en rascafría, en concreto en el Monasterio del Paular. Prácticamente durante todo el recorrido estuvimos acompañados por la lluvia que sólo nos abandonó en el tramo final del mismo.




Aunque el recorrido se realizó en su totalidad, no toda la expedición lo completó. Hacia aproximadamente el Km 7 del recorrido la ruta seguida nos volvía a aproximar a la carretera y allí el autobúsnos estaba esperando. Aquí el grupo se partió y los más intrépidos decidimos continuar hasta el final del recorrido a pie mientras que los menos aventureros decidieron refugiarse en el autobús. Aquí Olimpia, entre otros, decidió abandonar el barco, aunque quizá llegó más lejos de lo que cualquiera pensaría que podría llegar.




Y así llegamos hasta el final de recorrido previsto recorriendo los 4 Km y pico que nos faltaban para finalizarlo con el grupo bastante mermado y llegando finalmente al Puente del Perdón y al Monasterio del Paular, donde nos estaba esperabando el autobús con los compañeros de aventura que habían puesto pie en tierra más de hora y media antes.


Tras una reconstituyente comida en la localidad de RascaFría iniciamos el caminio de retorno de nuevo hacia Madrid, esperando que la próxima aventura nos depare un mejor tiempo.

08 mayo 2008

Un dia diferente (II)

Ese día (ayer) comenzó como rutinario, duchita, desayuno con cereales, y visita de obra.

Sobre las 11 de la mañana cuando me encontraba a 248 metros inspeccionando las góndolas, con la dirección facultativa y “la cremme de la cremme” de los contratistas, me llama mi tía llorando que mi tío estaba teniendo dificultades en el post operatorio, y se encontraba muy grave.

¡Vamos que no había nadie en Madrid más arriba que yo!, ya podía estar en la planta 20 o así. Es mi sino, cada vez que hay prisa estoy en la cubierta, de hecho mi jefe ya se ha llevado algún disgustillo que otro por esto, je, je.

Así que salí corriendo, con la respiración y gesto de salvación de uno de los contratistas, que estaban mirándome cual gacelillas indefensas, porque sabían que unas cuantas más abajo les iba a crujir, por sinvergüenzas mentirosos. Lo bueno es que se me pasó la mala leche.

Llegamos al hospital de Alcorcón, nada menos, en la otra punta de Madrid, a las 13 horas, ese tiempo se me hizo eterno, y además con inconvenientes que ralentizaron más nuestra llegada como una manifestación, que tuve que ir a casa por el coche, ...

A media tarde nos comunicaron que habían conseguido sacar a mi tío adelante y que tenia buen pronostico dentro de la gravedad.

Cuando ya nos íbamos a venir para casa a descansar y justo en el momento que entraba mi amado y sufrido esposo por la puerta del hospital, a mi padre le fallaron las piernas y aun mi chico no ha conseguido saber como se encontró saliendo corriendo, ante mis gritos, y cogiendo a mi padre en volandas, antes de poder ni siquiera saludar a nadie, y rodeado de enfermeras, ..... ¡Menuda bienvenida!

¡Tacatá!, trincaron a mi padre y a urgencias con él. A las 12 y media de la noche le trasladaron en ambulancia al hospital que nos corresponde, y a las 4 de la madrugada le mandaron para casa, alegando que probablemente fuera cansancio y no otra trombosis cerebral como temíamos en un primer momento.

En el ínterin mi marido y yo remojados por la chupa de agua que nos cayó hasta que llegamos al coche para llegar a Madrid centro desde el hospital de Alcorcón.

Esto si que fue un día diferente e inesperado, y ¡hoy estamos rotitos!.

Pero lo más importante de todo esto es ser felices con la vida rutinaria que nos ha tocado vivir. Ya que observamos que cuando una persona mira cara a cara a la enfermedad o la muerte, se hace consciente de lo feliz que podía haber sido, únicamente disfrutando de lo que tenía, y de las cosas que podía haber hecho en sus circunstancias para fomentar más esa felicidad.

Yo no pienso esperar a ser feliz a que me cambie la vida (que me toque la lotería, ...).

Pero no nos engañemos la verdadera felicidad no se basa en el egoísmo, si no en hacer felices a nuestros seres queridos, compartir las cosas con los demás, actuar con compasión y ayudarles, dejando a un lado al orgullo, el amor propio desmesurado, .... que sólo nos conducen a la infelicidad.

¡Tengo 1420 minutos cada día, y yo me los voy a comer a mordiscos!. Y lo primero que voy a hacer es disfrutar porque me voy a ir a mi trabajo. (Eso sí, por la tarde, porque por la mañana estaba muy perjudicada).