30 enero 2008

Prometer hasta meter...

... y una vez metido, olvidar lo prometido.


Estas fechas pre-electorales hacen que destaquen en la escena pública innumerables personajes que, en circunstancias normales, solo salen en los telediarios para rellenar el espacio que hay entre los deportes y los sucesos.

Me refiero a los políticos. Por primera vez en cuatro años parece que la gente les presta atención (aunque cada vez menos, desgraciadamente), y a sabiendas de ello, lucen toda la parafernalia mediática de que disponen y hacen uso de las proclamas más azucaradas que encuentran. Parecen auténticos pavos reales en pleno ritual de cortejo y apareamiento.

En estas fechas casi no veo ningún programa de la televisión. ¿Para que?. Solo con ver los noticiarios encuentras todo lo que el resto de la programación te ofrece: Discursos más desternillantes que los monólogos de “El Club de la Comedia”; Situaciones tan graciosas que merecerían estar en cualquier programa de cámara oculta (sobre todo esas declaraciones que se graban sin querer, cuando el micrófono se cree apagado); Personajes tan malos, tan malos, que dejarían a la altura del betún a la mismísima Ángela Channing; E igualmente, personajes tan buenos, tan buenos, que a su lado la Familia Ingalls parecerían seguidores de Charles Manson. Hay amores de lo más empalagoso, como en las telenovelas más ñoñas; y odios más violentos que los de Jason en Viernes 13.

Todos por igual, en eso no hay ideología que valga, utilizan las mismas artes y los mismos recursos para enamorar a la audiencia. Básicamente son tres los métodos utilizados.

El primero de ellos es decir que NO por sistema a todo. Que uno dice que la economía va bien, el otro dice que NO, y punto. Si el otro dice que la educación es desastrosa, el uno dice que NO, y a otra cosa. Todo esto, por supuesto, se acompaña de explicaciones, informes y estadísticas que, tanto por el lado de los unos, como por el lado de los otros, han estado escondidas durante los anteriores cuatro años (que era cuando realmente hacían falta).

En segundo lugar está la táctica que yo denomino de “que viene el lobo”. Básicamente consiste en decir todo lo malo que es el contrario y pintar el panorama más negro que el sobaco de un grillo en el supuesto caso de que venza el rival. Claro está, se aprovechará para colocarse debidamente el disfraz de corderito, y así hacer ver que el rival es aun peor. Si hay que besar niños, se les besa, por supuesto. Y si hay que aparecer en la foto al lado de quien más te repatea, pues se aparece. Es más, hasta puede que tengas que besarle también !!!!

Y por último, lo que más me gusta. Las promesas electorales. Esto viene a ser como un campeonato de quien dice la tontería más grande... Pero todas ellas relacionadas con el bolsillo del ciudadano, que a la larga es lo único que valoramos. El resto no cuenta para nada:

- “Oye, que te voy a crear más plazas de hospital y más aulas para enseñanza...”.

- “Ah, vale, pero es que este otro señor me ha dicho que bajará el precio de las patatas, y como yo las compro todas las semanas...”.

Y luego nos quejaremos...
Si uno baja los impuestos, el otro no solo los bajará, es que directamente los suprime. Faltaría más.

Da igual la burrada que se prometa. Si al final no se cumple nunca nada. Y lo mejor de todo es que tampoco se lo van a echar en cara. Basta con decir que eran tantas cosas que a todo no ha dado tiempo. Oye, si cuela, cuela. Y con mucha más frecuencia de lo deseado cuela, y otros cuatro años más!!!

También hay que jugar con que el ser humano en general, y el español en particular, tiene memoria de pez. El desgraciado al que hace un año no podíamos ver ni en pintura porque gracias a el habíamos perdido la clasificación para cuartos de la Copa, hoy es todo un ídolo porque le ha parado un penalti al rival de toda la vida, y hemos ganado la Liga. Valga este símil futbolístico para explicar lo que ocurre en política.

Más adelante se pondrá mucho más interesante, pero para eso falta todavía cosa de un mes. De momento ya podemos ir haciendo una pequeña, pero significativa, recopilación de perlas:

Ah, también están los que, ya que no les hacen caso, por lo menos patalean ...

Yo, por mi parte, prometo no creerme nada de nadie.

11 comentarios:

Матрёшка dijo...

Pero de nadie Dreammer, que luego te pones muy cansino con tus discursillos políticos, y únete a club de los que nos pasamos la política por el arco del triunfo, porque sabemos que interesarnos en ella es llevarnos disgustos incecesarios, ya que no podemos cambiar nada.
Yo al igual que todos, por mucho que despotriquemos, sigo votando porque la esperanza es lo último que se pierde.

Enoch dijo...

Yo tampoco me creo nada de lo que dice la clase política... Perdí hace tiempo la esperanza en estos seres, Матрёшка. No se puede esperar nada bueno de ellos.

Eso sí, iré a votar, aunque tenga que ser al que considere menos malo (o si no, en blanco): me parece un derecho fundamental que no debemos dejar ejercer, aunque únicamente sea por respeto a los que su momento lucharon por ello en España y por los que luchan por ello en la actualidad en otros rincones del mundo.

Mientras, contemplaré sus guerras políticas desde mi posición en el centro...

Manic dijo...

Dreammer, te veo muy neutral. Supongo que no eres de estas personas capaces de entrar en una discusión política sin cuartel por defender a su partido.

Bascuñein dijo...

Yo me leí los "prospectos" electorales (llamarlos programas me parece una broma, porque luego no los cumplen) de los tres partidos principales para las elecciones locales y ¡oh sorpresa! en mi pueblacho los tres prometían prácticamente lo mismo (con ligeras modificaciones), así que ni voté. Para estas generales aún tengo la duda

DREAMMER dijo...

Матрёшка:

Por su puesto que hay que votar. Es la única manera en que podemos demostrar que tenemos voz. Y lo siento, pero la política me interesa, por lo que seguiré con los "discursitos". Una cosa es la ideología, que nunca se pierde, y otra quien supuestamente la representa desde un partido. A ese si hay que exigirle.

Enoch:

Quiero pensar que se te ha pirado la pinza, y querias decir que votar es un derecho que no debemos dejar DE ejercer... si no es así, y unido a los que "lucharon por ello en España", lo siento por vosotros y vuestras ideas... están obsoletas, por muy centrado que te consideres.

Manic:

Siempre defenderé mis ideales... pero como he dicho antes, otra cosa son los partidos políticos. Esos no se casan con ningún ideal.

Berracus:

Votar, hay que potar. Por derecho y por deber. A quien, o a que, ya va en la conciencia de cada uno. Yo tengo un amiguete que por sistema, en todas las elecciones en que ha participado, ha votado "AL Abuelito de Heidi". Allá cada cual...

Manic dijo...

Dreammer, supongo que quieres decir votar y no potar en tus alegaciones a Berracus

Bascuñein dijo...

Votar ES un derecho pero NUNCA debería ser un deber (en cuanto a obligación). Todo ciudadano tiene el deber y la responsabilidad de participar en la vida pública, pero para ello hay millones de maneras que no tienen por qué implicar el voto. El no-voto es una opción muy legítima para expresar que no estás de acuerdo con la forma en que se hacen las cosas. Si ninguno de los partidos que se presenta te ofrece opciones para cambiar esas cosas, es una opción tan razonable promover el voto nulo como el no-voto, probablemente más ésta última ya que los partidos suelen luchar por el aumento de participación.

Enoch dijo...

Uhmmm... Evidentemente quería decir "dejar DE ejercer"...

Por favor, no poteis en el blog, que está muy limpito... :-)

Матрёшка dijo...

¡Odio cuando te pones así Dreammer!, y los demás no le sigais el juego, que ya bastante animado está él solito.
Y no quiero ni un comentario a mi gramática y/o ortografía.

DREAMMER dijo...

Pues ha de haber comentario: Como "ortografía" empieza por "o", ese y/o no es tal, sino que debiera ser y/U...
Besitos
;-)

DREAMMER dijo...

Analizando las críticas recibidas, y las amenazas vertidas hacía mi integridad, me veo en la obligación de retractarme por la corrección ortográfica realizada a Матрёшка.
La derecha más intransigente , rancia y reaccionaria, de nuevo quiere imponer su censura y limitación a la libertad de expresión, por lo que, así las cosas, no me queda otra que claudicar ante estos bárbaros actos.
De este modo, formalmente, presento mis disculpas y solicito su absolución...


... Eppur si muove.

En otro orden, tranquilo Enoch, no tengo ninguna intención de ensuciar nada que tenga que limpiar luego.